Ser latino en Estados Unidos supone un mayor esfuerzo tanto para encontrar un lugar como para adaptarse al entorno académico y profesional. Y debido a las altas exigencias a las que se enfrentan, ha aumentado el desarrollo del síndrome del impostor en los latinos.
El 70% de los trabajadores estadounidenses han experimentado el síndrome del impostor en algún momento, pero suele afectar sobre todo a las minorías, como la comunidad latina. Los latinos representan el 18,7% de la población y el 17,3% de la mano de obra en Estados Unidos, según cifras del censo oficial de 2021.
«No estuvo tan bien, sólo hice mi trabajo», es una frase muy común de oír y puede parecer una expresión de humildad. Sin embargo, detrás de ella se esconde en realidad un estado de estrés, ansiedad, inseguridad e incluso depresión.
¿Qué es el síndrome del impostor?
Al escuchar «Síndrome del Impostor» se suele pensar que se refiere a engañar a los demás, fingiendo ser algo distinto de lo que realmente es. Pero ciertamente es todo lo contrario, es pensar involuntariamente que los que te rodean tienen una idea equivocada de quién eres en realidad, y que no eres lo bastante capaz para realizar determinadas tareas u ocupar cargos importantes.
Los psicólogos Joe Langford y Pauline Clance (1993) definen el síndrome del impostor como la creencia de que «los logros no se produjeron gracias a una capacidad genuina, sino como resultado de tener suerte».
Los síntomas del Síndrome del Impostor pueden variar de una persona a otra, pero en general son:
- Creer que los logros no se merecen, que son justos sino cuestión de suerte, o recibir ayuda de los demás.
- Dudas de tus propias capacidades
- Existe un miedo constante a ser señalado como un fraude
- Sentimiento de culpa
- Sentir que has fracasado incluso cuando te has superado y has alcanzado el éxito Falta de confianza en sus capacidades
- Fuerte sensación de ansiedad, depresión y desesperanza
- Insatisfacción permanente
Tipos de impostores
La investigadora experta en el síndrome del impostor es la Dra. Valerie Young, en su trabajo ha clasificado cinco grupos de personas propensas a este trastorno:
Perfeccionistas: Suelen ser personas que se ponen metas muy altas, por lo que siempre piensan que podrían haberlo hecho mejor.
Los individualistas: Este tipo de personas se niegan a recibir ayuda, ya que lo toman como un síntoma de debilidad. Sienten que si piden ayuda no demuestran su valor.
Expertos: Son personas que creen haber sabido vender «demasiado bien», que no han sido honestas en su selección y temen que se descubra.
Genios naturales: Suelen ser personas sin paciencia, se estresan y agobian si no hacen las cosas bien, rápido y a la primera.
Superhumanos: Estas personas tratan de esforzarse más que los demás para mantenerse y seguir estando a la altura. Por eso, su salud física y su vida social suelen ser las primeras en sufrir las consecuencias.
Cómo se desarrolla el síndrome del impostor
El desarrollo del síndrome del impostor está relacionado con el perfeccionismo y el alto nivel de autoexigencia que se aplica a la persona. Suele desencadenarse por intentar cumplir y superar los estándares, así como por ajustarse a algún estereotipo.
La psicóloga Pauline Clance afirma que la causa más importante del desarrollo del síndrome del impostor es la sensación de inseguridad. En su estudio señala que «algunas de estas causas son internas (baja autoestima y falta de confianza en uno mismo) y otras son externas (patrones familiares, estereotipos y diferencias salariales)».
Otras investigaciones también indican que la identidad racial es una de las causas importantes del desarrollo del síndrome del impostor, especialmente entre las minorías de alto rendimiento.
El síndrome del impostor suele asociarse sobre todo a las mujeres, sin embargo, nuevas investigaciones demuestran que puede afectar a cualquier persona independientemente de su sexo y edad.
Un estudio de la Universidad Heriot-Watt y la Escuela de Directores Generales descubrió que más de la mitad de las mujeres encuestadas decían sentirse como impostoras, frente a sólo el 24% de los hombres.
Por otra parte, los más jóvenes también son más propensos a sentirse impostores. El estudio realizado por la Universidad Heriot-Watt y la Escuela de Directores Generales confirmó que el 45% de los jóvenes afirmaban dudar de sus habilidades, frente al 30% de los profesionales de más edad.
Los latinos en Estados Unidos y el síndrome del impostor
Diversos factores provocan el desarrollo del síndrome del impostor en los latinos de Estados Unidos. Suele deberse a que se sienten diferentes debido a la discriminación, así como a que se ven limitados a ajustarse a un estereotipo.
Un estudio realizado en la Universidad de Texas en Austin indica que el síndrome del impostor en los latinos suele estar relacionado con la ansiedad que les producen los estereotipos asociados a su raza.
Este síndrome afecta principalmente a las mujeres latinas en su desarrollo en el ámbito profesional y académico. Ya que, no están representadas en puestos de liderazgo, tanto por sexismo como por su identidad.
Según un informe de 2020 de LeanIn.org y McKinsey & Company, sólo 71 mujeres latinas ascienden por cada 100 hombres que ascienden a puestos directivos.
Pensar siempre en el estereotipo hace que los latinos se preocupen por adaptarse a él de forma negativa para su grupo social.
Así que buscan constantemente confirmar que no son lo bastante buenos, ya sea en el trabajo, en la escuela o en cualquier otra tarea que les exija demostrar sus habilidades.
Este síndrome afecta a la salud mental de los latinos, ya que desarrollan un alto índice de ansiedad y depresión. También tienen fuertes sentimientos de desesperanza e insatisfacción, incluso cuando alcanzan el éxito.
El síndrome del impostor y la salud mental
La psicóloga y TedTalk Elizabeth Cox explica que «los mecanismos psicológicos de quienes padecen el síndrome del impostor activan frenos internos que hacen imposible compartir grandes ideas, solicitar determinados trabajos o pedir ascensos merecidos. Es un virus que ataca el talento y reduce las oportunidades».
El síndrome del impostor deteriora la salud mental de las personas, haciendo que desarrollen patologías como ansiedad, baja autoestima, insomnio e incluso depresión. Y como consecuencia, la vida laboral, personal e incluso las relaciones sociales se ven afectadas.
Terapia para superar el síndrome del impostor
Aunque el síndrome del impostor no está establecido como parte del Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales, es necesario tenerlo en cuenta y tratarlo a tiempo. Al estar atrapado durante mucho tiempo en estos pensamientos, desencadenan el desarrollo de otras afecciones.
La psicóloga Valerie Young explica que «encontrar apoyo es esencial, sobre todo si eres el único, o uno de los pocos», para superar el síndrome del impostor. Por su parte, Elizabeth Cox explica que la mejor forma de combatir el síndrome del impostor es hablando de él, comunicándolo a los demás.
Cuando se padece el síndrome del impostor, el miedo a preguntar sobre su rendimiento es mayor, ya que temen que se confirmen todos sus pensamientos. E incluso escuchar comentarios positivos no calma los sentimientos de fraude.
Por eso, para superar el síndrome del impostor, es conveniente acudir a un profesional de la salud mental con el que te sientas en confianza. De este modo, el experto realizará una evaluación adecuada del caso, para llevar a cabo la psicoterapia aplicando las técnicas apropiadas para cada caso particular.
Cada persona tiene una historia y unas experiencias diferentes, por eso es necesario un guía profesional. De este modo, descubre realmente cuáles son las distorsiones del pensamiento que giran en torno al sentimiento de inseguridad, para tratarlas adecuadamente.